Las fases del amor

Una relación amorosa pasa por diferentes etapas que difieren en intensidad, pasión, compromiso, necesidad del otro, etc. El amor evoluciona con el paso del tiempo sin que eso suponga que se apague la “chispa”, lo que ocurre es que se transforma con los años.

 

La primera fase se conoce como “enamoramiento” y, mientras estamos en ella, idealizamos al otro. No tiene defectos, o, si los tiene, son mínimos y se compensan por sus abundantes y excepcionales virtudes. Los contactos con la pareja son esporádicos y en los momentos de ausencia se experimentan sentimientos de añoranza y soledad por la falta del otro. En el enamoramiento es cuando se presenta con mayor intensidad la pasión erótica y el romanticismo.

 

A continuación, se inicia la fase de “amor”. El conocimiento del otro es mayor, por lo que comienzan a hacerse evidentes sus defectos, sus pensamientos, sus reacciones en situaciones extremas, etc. La idealización de la fase anterior ya no es tan elevada, y pueden aparecer los primeros síntomas de rutina y aburrimiento. Sin embargo, las conductas románticas siguen siendo muy frecuentes. La pasión erótica, en cambio, sí que se debilita durante esta segunda fase del amor.

 

Finalmente, la tercera y última etapa es la llamada “amor compañero”. Se caracteriza por el cariño sobre cualquier otro sentimiento. El romanticismo ha disminuido y todavía más la pasión erótica. Sin embargo, el compromiso con el otro alcanza su punto máximo y se consolida. El conocimiento mutuo entre los miembros de la pareja es muy elevado, lo que provoca sensaciones de complicidad, entendimiento y aceptación, pero también costumbre y rutina por conocer completamente los planteamientos y opiniones del otro.

 

Estas fases pueden tener una duración muy diferente en función de cada pareja, pero el orden en que se presentan sí suele ser el mismo en todas las relaciones. No obstante, estemos en la fase que estemos, una pareja debe proporcionarnos aspectos positivos que nos hagan sentir que compartir la vida es preferible a estar solo, de lo contrario significa que algo no funciona como debería en la relación. Acudir a un profesional puede ayudaros a solucionar esta situación.

 

José Antonio Alcuéscar Martínez

Psicólogo Col. Núm. 15069

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