TRASTORNO OBSESIVO – TOC

Un día Marcos viene a consulta y comenta: «A veces tengo la sensación que no puedo controlar lo que estoy pensando, la cabeza no para de dar vueltas a lo mismo, es cómo si no lo pudiera controlar y parece que me esté volviendo loco. Y cuando veo que no puedo parar me voy poniendo cada vez más nervioso. Una de las cosas que estoy notando últimamente es que socialmente estoy teniendo dificultades porque no me apetece, cuando tengo una quedada con amigos y sé que no tengo más remedio que ir, pues voy, pero aun así noto que no lo estoy disfrutando, que no me concentro, que no estoy al caso de lo que me dicen. Sinceramente si fuera por mí prefiero no ir, prefiero evitar esta situación y quedarme en casa. Pero después vuelvo a tener la sensación que no controlo mi cabeza y que me estoy volviendo loco»

¿Qué le está pasando a Marcos?

Este sería un fragmento que representa tanto el pensamiento como las conductas que hacen las personas que sufren Trastorno Obsesivo. Para empezar, ¿cómo es este pensamiento? Hay varias características que podemos observar para identificarlo como un pensamiento obsesivo, ya que pueden ser tanto pensamiento, imágenes o impulsos que son recurrentes, automáticos, persisten y que nos hacen rumiar constantemente. Tal como le pasa a Marcos, se tiene la sensación que no se pueden frenar y que se está perdiendo el control, que nos estamos volviendo locos. No hay momentos de tranquilidad sino al contrario, nos vayamos inquietando cada vez más, nos vamos poniendo más nerviosos y esto provoca angustia, sensación de ahogo, malestar, palpitaciones… .

Otra característica que explica Marcos, es la dificultad que se puede presentar a la hora de socializar, vemos que estos pensamientos automáticos y preocupantes van cogiendo fuerza provocando que nos cueste conectar con la gente que nos rodea, nos aislamos, vamos perdiendo conexión con el mundo exterior y más conexión con el mundo interno. Además, las situaciones que nos planteamos son negativas i que pueden llegar a suceder. 

En segundo lugar, ¿Qué acostumbra a hacer Marcos? Pues está haciendo conductas que le permitan evitar las situaciones conflictivas o con conductas que creemos que solucionarán el problema, y así tener la sensación de que el malestar se puede reducir. Él no decide por si mismo, sino es el miedo quien decide lo que va a suceder. 

Hay diferentes ejemplos que podemos encontrar. Uno de ellos sería, por ejemplo, encontrarnos mal físicamente y acabar pensando automáticamente: ¿Y si tengo una enfermedad grave y no la han visto? Vuelvo a ir al médico para que me saque de dudas. Pero nos puede pasar que no vayamos una vez al médico, sino que se convierta en un constante, que llegamos a dudar del que nos dice el profesional, que solo recordamos una parte de la información y eso, nos genere más preguntas y malestar. También nos podemos encontrar con el ejemplo de tocar cualquier objeto y pensar: ¿Y si me contagio o me contamino de algo mala? Mejor que me vaya a limpiar las manos por si acaso y así evito que me pase.

Tal como hemos ido comentando es importante entender cómo son los pensamientos y las conductas cuando se sufre Trastorno Obsesivo, puesto que hay la sensación de estar en un bucle sin fin.

Es recomendable que, si nos encontramos con esta situación actualmente, o vemos que se puede desarrollar, tengamos presente que podemos acudir a un profesional de la psicología porque nos pueda ayudar a manejarlo y así, mejorar en calidad de vida.

PAULA ALBARRAN ESTEVE
Psicóloga General Sanitaria
Colegiada nº 29.916

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