Más delgado

El escritor de terror Stephen King publicó un libro titulado “Maleficio”. El protagonista de la historia, Billy Halleck, atropella por un descuido a una chica provocando su muerte. Como venganza, un familiar de la fallecida conjuró un maleficio sobre Billy de dos palabras: “Más delgado”. Entonces, el protagonista comienza a ver como va perdiendo peso de manera progresiva. Al principio, esto no inquieta a Billy e incluso lo considera positivo, ya que se nota más ligero y a gusto con su cuerpo. Pero, al cabo de pocas semanas, su cuerpo ha perdido cuarenta kilos y el proceso continúa.

Las sensaciones del protagonista de la historia podrían equipararse a las de las personas que padecen un trastorno del que se habla mucho en los últimos años: la anorexia. Los pacientes anoréxicos presentan un miedo exagerado a engordar y la necesidad de reducir su peso corporal al máximo. Al igual que Billy, al inicio del trastorno, las personas anoréxicas se sienten bien porque se ven cada vez más delgados y más a gusto con su cuerpo. No obstante, a medida que avanza el trastorno, desarrollan una distorsión significativa de la apreciación del peso, tamaño o forma de su cuerpo, que les lleva a pensar que nunca están lo suficientemente delgadas.

La anorexia se presenta con mayor predominancia en el sexo femenino. Suelen ser chicas sin obesidad acusada, aunque en algunos casos puede haber un discreto sobrepeso. El perfil de estas personas suele corresponder al de adolescentes sin trastornos psicológicos previos, responsables, perfeccionistas, con éxito escolar, emocionalmente inmaduras y dependientes del núcleo familiar. Presentan poca confianza en sí mismas y baja autoestima, por lo que se muestran sumisas y obedientes de las figuras de autoridad. Son chicas obsesivas e inseguras, con miedos y preocupaciones y tienden al aislamiento social. Temen la maduración física, personal y sexual, desean interrumpir su desarrollo corporal con la no ingesta de comida, evitando así la pubertad y las responsabilidades del rol adulto, para el que no se sienten preparadas. 

En los inicios del trastorno, el carácter de estas personas cambia con respecto a la comida y se vuelven irritables, agresivas, emocionalmente inestables y con dificultades para concentrarse. Tratan de reprimir sus deseos de comer y, en lugar de aversión a la comida, desarrollan un interés por ella que se manifiesta en la compra de libros de cocina o en cocinar para los demás a pesar de que ellas ni lo prueben. Evitar la ingesta de comida para buscar la delgadez se convierte en el centro de sus vidas. Este estilo de pensamiento les otorga una identidad y tener una personalidad propia, que les da seguridad.

Algunas de las estrategias y argumentos que utilizan los anoréxicos para ocultar su problema son: ingerir comida sólo delante de los familiares y ayunar en el resto de las situaciones, evitar comer en casa, automedicarse para malestares ficticios, defender que ya es mayorcito para que le controlen lo que come, evitar que los padres entren u ordenen su cuarto, realizar una actividad física desmedida, evitar mostrar su cuerpo, utilizar ropa holgada, ir al baño tras la ingesta de comida, etc.

Para superar el trastorno, es imprescindible la intervención de un profesional que actúe sobre la persona afectada y también sobre su entorno. Y es que los efectos que esta enfermedad tiene sobre las familias son considerables.

 

JOSÉ ANTONIO ALCUÉSCAR MARTINEZ

Psicólogo Colegiado Núm 15069

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