CÓMO MANEJAR LA INCERTIDUMBRE

Vivimos en una sociedad en constante cambio y hay muchísima información nueva que nos llega a cada instante. La tecnología hace que el mundo cambie de forma vertiginosa. El tiempo de vivir tranquilamente, sin cambios y teniendo todo bajo control en todo momento, se ha terminado.

A todo ello hay que añadir la situación actual en la que vivimos donde las palabras amenaza y peligro han adquirido una nueva dimensión y, algo tan normal como el contacto con los nuestros o el respirar sin filtro, sea algo que nos pueda llevar a la muerte.

Las situaciones en que no disponemos de toda la información o que ésta es imperfecta nos genera estrés, porque siempre existe la posibilidad que desemboque en un resultado no deseado.

Pero no podemos evitar que se nos presenten estas situaciones y, por ello, es mucho más práctico adaptarnos a la idea que no siempre podremos prever y controlar lo que podría pasar.

Para ello os proponemos ciertas pautas y recomendaciones para llevar la INCERTIDUMBRE de la mejor manera posible:

  • Lo primero de todo es identificar la incertidumbre y la situación que la provoca. No hay que luchar contra ella, simplemente observarla y aceptarla. Es solo una emoción y tenemos que recordar que somos algo más que eso.
  • Aclarar tus metas y objetivos: hay que definir que es lo importante para nosotros. Tener claro cual es nuestro camino hace que, si la incertidumbre se genera en otros aspectos, podamos relativizarlo.
  • Explorar la emoción que se ha generado, es decir, analizar si la angustia proviene de una situación del presente o es una proyección de un miedo interno ya pasado.
  • Crear un mapa. ¿Qué hacemos cuando vamos a un sitio que no conocemos para no perdernos? Así nos haremos un croquis de las diferentes posibilidades o imprevistos que puedan surgir. Necesitamos un rail en el que apoyarnos y que sirva de guía por si perdemos la perspectiva.
  • Parar el run run: poder parar el pensamiento repetitivo que nos pone en alerta por que no sabemos que va a suceder. Pongamos la atención en lo que sí conocemos.
  • Para esto último, cambia el foco de atención, hacia algo que sea más manejable, más atrayente y que nos genere más seguridad.
  • Concéntrate en lo que puedes controlar. Hay muchas cosas que podemos hacer y no podemos obsesionarnos con todo lo que podría pasar en el futuro. Si no, nos quedaríamos paralizados.
  • Ve hacia la incertidumbre: la mejor forma de vencer el miedo a lo desconocido es actuar. Si damos el primer paso veremos rápido que los límites de lo desconocido se van estrechando.
  • Aprender a ser flexible. No podemos controlarlo todo, tenemos derecho a equivocarnos y a aprender de experiencias nuevas y de resultados inesperados. Las sorpresas ocurrirán igualmente y es mejor estar preparado y positivo para ellas.

Sobre todo, hay que recordar que somos capaces y mucho más resolutivos que lo que el miedo nos hace sentirnos. Cuanto más nos informamos y aprendemos menos agujeros negros hay en nuestro día a día.

Prever los problemas es una respuesta automática del ser humano para evitar sufrir, pero, en muchos casos, no podemos adelantarnos y hay que esperar a que surja el problema y confiar en nuestra capacidad de resolución o de búsqueda de soluciones.

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